El Ávila y un mar de nubes

El Ávila y un mar de nubes
Fue tomada en el mes de febrero en el Cerro El Ávila de Caracas

domingo, 17 de abril de 2011

TIEMPO ENTRE OCÉANOS, MARES Y MONTAÑAS

DE MARES


I

 Tiempo entre Mares…
                            Seducción y construcción
tiempos diversos,
tiempos otros 
y           tiempos de amor.

…Teseo, el hilo de  Ariadna nos  atrapa?,
nos envuelve?
 nos salva?
Supones,
deduces,
husmeas  mis pistas.
Los  bytes van,
los grafemas vienen
        se enredan.

El tiempo entre Mares transcurre en  estos días.
Las horas lucen aletargadas,
       enhebradas.
Ahora, 
alucinación de saberme contigo,
     saberte en mí,
         sentirte en la piel.         
Ahora,
construidos con  lazos blancos…
                   con respeto, amor, pasión.

Mis horas se deslizan  a  espacios de  susurros:
Barcelona, Orense, La Alpujarra, Granada, Madrid: España!      
Aragua, Maracay,  Caracas: Venezuela!
Mi país de trópico infinito, 
con aliento de mujer: selva, llano, montaña, playa!
Territorio nombrado ya  por El  Almirante “Tierra de Gracia”,
tierra de lo sagrado, tierra de lo sublime, tierra de lo profano.

Ahora,
soy tu mapa, heterogéneo, híbrido, mezclado.
Soy tu mapa,
en el que la sangre del  blanco, indio, y negro
configuró  por siglos  esta mujer.
Mis bisabuelos extraviaron las brújulas, arrojaron los catalejos,
Se enamoraron de esta tierra
que embruja,
de  sus mujeres,
 de este verde y azul.
Esta luz al fondo de mi sangre, es su mapa!
        
Divago  mares,  cruzo puentes… 
Recorro parajes gélidos,
               comarcas apacibles.
Esta luz al fondo de mi sangre,
 merodea espacios donde almuerzas  o te enlazas,
invento cibers  de veinticuatro horas...

Te extraño y  la distancia no consigue deslizar esta energía,
 ¿Qué es esta turbación,
cómo la nombro?
 ¿Cómo defino el  frenesí ,
cuando me pienso en tu mirada.

Llegas en mis noches,
te tiendes en ese otro lado de mi cama que ahora veo,
que ahora te extraña,
                                     que ahora existe.
Y entonces…
Esta luz al fondo de mi sangre,
te susurra que al otro lado del océano,
         al frente del Mar Caribe,
allí/aquí/allá, entre susurros  de sirenas milenarias,
en un espacio sin tiempo, ni razones,
te siente, se siente en ti.
II
Esta luz al fondo de mi sangre
Pregunta  y repregunta en dónde escala primero,
Qué roca debe subirse  para llegar a tus ojos.
Recorro este Océano,
una luz divisa mi corazón,
allá, al final de la línea están tus playas
esperando recoger las huellas de aquella mañana en la que caminabas frente a esta bahía
A qué saben mis cartas,
qué te dicen mis manos,
Qué te grita esta mirada que hoy se cruza enigmática
Blancas gaviotas atraviesan parajes dormidos,
El silbido de un vapor cruza esta estela,

Esta luz al fondo de mi sangre
         Habla de cantos dormidos al fondo
En la orilla del tiempo.
Ese niño de ojos pardos no llegará,
         Partió antes de existir  por caminos indescifrables.
         Quiso nacer en el hoyo de mis manos.
Una tijereta anuncia la playa,
 y
ahí en medio del mundo surges estremeciendo mis sueños
III
Hoy busco a Vitebsk
hoy cruzo los ojos de  Leonid Afremov
y allí  la
bailarina hilvana a Degas,
 es otra pose,
son otros los pinceles…
la espátula y el óleo juegan a manchar la espectadora ingenua,
las cabriolas pintan y pintan patitas de pájaro que dibuja una chica alta,
larga en típica punta de pie
una figura que alarga  mi alma hasta ti
cruzo sostenida por este público de caramelo multicolor,
y la chica firme congelada en esa mirada.

2 comentarios:

  1. Gracias! Por el poema,las fotografías... Gracias!

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  2. Me encanta volver a leerte después del tiempo transcurrido en que no te leía. El Ávila siempre será imponente en yo (o sea, en mí). Tu poema es como esa montaña: "la ola que viene del mar". También digo, ¡gracias!

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